Me acerco lentamente, dejándome empapar por las montañas del camino, abriéndome paso hasta colinas y montes. Y vuelvo, con lágrimas en los ojos, con nostalgia de algo que aún no ha pasado, con el alma llena de orgullo porque alcanzo mis olivos... pero con pena, por lo que he dejado. ¿Por qué no te tengo a mano?
Yo no puedo renunciar a que te amo. No consigo que las cosas de toda mi vida me calen completamente sobre la piel si no estás aquí. No me basta el conformarme.
Y todo esto hace tanto daño...

Estas palabras son un tanto ingratas, porque al fin y al cabo, eres lo más hermoso que me ha pasado nunca.

Aqui estoy de nuevo. Demasiado tiempo, demasiados días, ¡con todo lo que yo tenía que deciros! que leve el tiempo (y aquí añadiría maldiciones y palabras de cabreo). En fin, ahora que retomo este pequeño universo, feliz año a todos y muchas gracias por los comentarios que alguna vez, me hicieron mucha falta.
Estoy bien.
No diré más.
Simplemente bien