02 noviembre 2005

Menuda infraestructura

No recuerdo puentes así, tan bien construidos, tan llenos de cosas, tan generosos. Tuve la oportunidad de cruzarlo y disfrutar de cada perspectiva que me ofrecía. Y era imposible no sentirse capaz de todo sobre él y pensar que ni la lluvia ni el frío ni otras cosas más tristes podían pararme en el camino. Me sentía como si se hubiera proclamado la paz mundial o algo por el estilo. Y llegué a Castilla, a la explanada de remanso, a la llanura de tranquilidad, a la inmensidad de tierra expuesta a todo. Y el horizonte, donde tiene que estar el horizonte, donde se ve el horizonte en el mar: lejos. Lo suficiente para que el corazón tenga espacio y pueda volar.