22 julio 2005

En este viaje

En este viaje he vuelto a ver cosas maravillosas. Vi el reflejo de la Luna en el agua y pequeñas joyas de plata saliendo de ella. Vi el olor de la sal en la piel y el sabor de la nata sobre un gran batido de chocolate. Vi un restaurante llamado "la pulga", una chumbera en medio de una pared de piedra, un reno de acero, un edificio alto sin nada alrededor y una caseria llamada "el pozo" que no tenia pozo. Vi más desertización que nunca y más olivos que siempre. Ví una sola oveja negra entre multitud de ovejas blancas. Vi muchas casas sin hombres y un hombre solo y sin casa. Vi, sobre todo, que había vida esperándome al otro extremo de la carretera.

02 julio 2005

No es por salir de la Tierra

No es por salir de la Tierra, la verdad. Ni Ganímedes, ni Saturno, ni siquiera Andrómeda, tienen culpa de nada. Es solo que conocer lo desconocido puede ser precioso y, al mismo tiempo, puede ayudar a ver desde fuera nuestro planeta azul.
Gracias Luthien por dejar que tu trayectoria pasase por aqui, aunque fuera de forma rara, rara, rara. :-) al mismo tiempo espero que ese algo que te ha traido a este sitio en mitad de la ingravidez vuelva a hacerlo cada vez que lo necesites o te apetezca.
Allá arriba hay todo un mundo, cierto, pero mientras construyo mi nave, tendré que volver al mio...
disfruten cuanto puedan e intenten ser felices, que eso ya conlleva algo.

01 julio 2005

un buen sitio

Por ahí anda Ganímedes... atraido por algún centro de gravedad sin que lo sepa, sin que se pregunte a que se debe su trayectoria. Aquí vengo yo, sin saber la mía. No vengo a buscarla porque a veces la magia está en no saber a que se debe. Tengo intuiciones de qué es lo que me lleva por la vida, por este camino de adoquines amarillos, por este universo reducido a la Tierra, por esta sociedad en la que a veces se sobrevive y a veces, las menos, se vive. Y como una esquina en el firmamento en el que Ganímedes se aparta cuando desea estar solo, yo vendré a este rincón a olvidarme un poco de lo ajeno, o justo lo contrario, a devolverme a mi misma toda la realidad que me debo. Pasearé como de costumbre, entre olivos, asomando la cabeza de vez en cuando, para pasar desapercibida pero sin que el mundo haga lo mismo conmigo. Estáis invitados siempre que os apetezca, a acompañarme en el paseo